En el universo del growth marketing, hay una máxima que se destaca y guía las acciones de muchos profesionales del marketing y la innovación, y que se convirtió en un verdadero pilar estratégico: “Hecho es mejor que perfecto”.
Esa frase no es solo un lema motivacional: refleja una cultura que valora la agilidad, la experimentación constante y, sobre todo, el aprendizaje a través del error. Esa mentalidad expresa la esencia del growth marketing: actuar con rapidez, testear hipótesis, aprender de los errores y ajustar antes de que el mercado cambie —porque va a cambiar.
Para llevar adelante esta máxima, la organización necesita impulsar un cambio cultural. Hay que incorporar la cultura del error como motor de innovación y parte del proceso de crecimiento. En ambientes tradicionales, equivocarse se ve como un fracaso; en cambio, en growth marketing, equivocarse es parte esencial del aprendizaje.
No se trata de buscar el error, sino de aceptarlo como un paso necesario para encontrar soluciones más efectivas. Cuando un equipo entiende que errar no es el final, sino un punto de aprendizaje, se abre espacio para más creatividad, valentía para probar nuevas ideas y un entorno donde la innovación florece.
Las empresas que crecen rápido no le temen al error: aprenden de él. Crear una cultura donde testear esté incentivado y equivocarse sea visto como aprendizaje transforma por completo la forma en que operan los equipos de marketing.
Testear rápido, fallar rápido, aprender más rápido. El growth marketing se basa en ciclos cortos de pruebas rápidas e iterativas. En lugar de esperar por un plan “perfecto”, la meta es lanzar una idea mínima viable, medir resultados, aprender de ellos y optimizar.
El growth marketing propone una lógica clara: testear → medir → aprender → optimizar. Eso significa que equivocarse rápido no solo es aceptable, sino deseable, porque acelera el camino hacia los aciertos que realmente generan crecimiento.
Entonces, ¿qué es realmente el growth marketing? A diferencia del marketing tradicional, centrado en campañas y resultados de largo plazo, el growth marketing prioriza la agilidad, la experimentación constante, la medición precisa y la optimización continua. Puede pensarse como una intersección entre creatividad, tecnología, comportamiento del consumidor y ciencia de datos, con un único objetivo: crecimiento escalable y sostenible.
Pero no se trata solo de crecer, sino de crecer de manera inteligente, buscando el aumento exponencial de ingresos sin un incremento proporcional en el presupuesto de marketing. Es decir: más resultados con la misma, o incluso con menor, inversión.
¿Y cómo se logra? Adoptando ciertas prácticas clave: pruebas rápidas que revelen qué funciona realmente, canales de adquisición de bajo costo y alto impacto, optimización del embudo de conversión y de la experiencia del cliente, y aumento del valor de vida de cada cliente (LTV). Cuando todo esto se combina, este enfoque basado en datos permite encontrar atajos de crecimiento invisibles para las estrategias convencionales.
Ahora bien, en growth marketing no alcanza con convertir. Otra parte fundamental es retener y fidelizar. Un error común en marketing es enfocarse solo en la adquisición: atraer tráfico, generar leads, convertir. Pero el verdadero crecimiento está en la retención y la fidelización. Clientes satisfechos:
- Vuelven a comprar
- Recomiendan la marca
- Son más económicos de mantener
- Tienen un LTV más alto
Por eso, el growth marketing entiende el embudo como un ciclo completo:
atraer → activar → retener → fidelizar → recomendar.
Las empresas que crecen de forma sólida cuentan con estrategias de customer success, onboarding eficiente, comunicación constante y experiencias memorables después de la conversión.
Y, por último: sin datos, no hay crecimiento. Cada prueba solo sirve si se mide con precisión. Por eso, el profesional de growth marketing debe tener una mentalidad de científico de datos: formular hipótesis, definir variables, seguir métricas y tomar decisiones basadas en evidencia.
Más que mirar “likes” o “clics”, hay que enfocarse en KPIs reales como CAC, LTV, churn, tasa de conversión, NPS y engagement postventa.
Lo que no se mide, no mejora; lo que no mejora, no crece; y lo que no crece, muere. En growth marketing, eso es ley.
Si necesitás ayuda para avanzar con el crecimiento de tu empresa, contactanos para tener una asesoría inicial sin costo: info@digitaladvisers.co.